El papa en Santa Clara

Benedicto XVI en Asís (17-06-2007)

   
   

 

El Papa visita a las Hermanas Clarisas de Santa Clara en Asís

Después de visitar Rivotorto y San Damián, el papa Benedicto XVI llegó a las puertas de la Basílica de Santa Clara, ya en el interior de la ciudad de Asís, a las 10,10 h., siendo recibido por el Rector de la pequeña comunidad de franciscanos que las atiende, el P. Vittorio Viola OFM.

Una vez dentro de la iglesia, Benedicto XVI se dirigió enseguida a la capilla de la Clarisas, siendo recibido con un cálido abrazo de la Abadesa, Madre Chiara Damiana Tiberio. En la capilla se arrodilló ante el Santísimo Sacramento y veneró el famoso crucifijo de San Damián que habló a san Francisco.

A continuación saludó con mucho afecto a la alegre y viva comunidad de hermanas clarisas, saludándolas con unas palabras y dándoles su bendición apostólica. El Papa fue saludando personalmente a las religiosas, una a una, en especial a las dos más ancianas y enfermas. Este momento tan lleno de emoción y de ternura estuvo acompañado por unos cantos espléndidos con los que las hermanas expresaban la belleza de su estilo de vida y del carisma de la comunidad.

Las Clarisas regalaron a Benedicto XVI una reliquia de santa Clara; él les dejó un bajorrelieve representando a san Francisco que recibe los estigmas en el monte Alvernia.

 

Palabras del Papa Benedicto XVI a las Hermanas Clarisas de Asís

¡Gracias por ese canto tan hermoso! Es un canto de acompañamiento en espera de la llegada del Señor. Pero el Señor siempre está llegando. Por tanto, es un canto de bienvenida al Señor. Nosotros mismos vamos al encuentro del Señor.

Este encuentro me hace pensar en encuentros parecidos, en tiempos pasados: encuentros muy hermosos, que están profundamente grabados en mi memoria. Volver a ver esta vida de amor al Señor, esta vida de María -que está totalmente a la escucha del Señor y también a la escucha de la Palabra de Dios para la humanidad actual- es siempre para mí una gran inspiración, un gran estímulo.

Celebramos 800 años de la conversión de san Francisco. La conversión no es sólo un momento, un instante de la vida: es un camino. Y vosotras vais por delante, nos precedéis en el camino de la conversión, en este camino también duro, a veces, pero siempre acompañado por las alegrías del Señor. Y esperamos que hoy sea un día así, vivido en el gozo del Señor. Un día en el que el sol de Dios, tan bien cantado por san Francisco, sea de verdad también nuestro "centro", y dé luz a nuestro corazón y a nuestra vida.

No estoy preparado ahora para decir otras cosas, pero os agradezco de corazón por todo. Asís es siempre para mi un punto de referencia interior, porque sé que es una gran fuerza de oración, una fuerza para el papa en su misión de llevar el timón de la Barca de Pedro, de la Barca de Cristo. Por tanto, ¡sigamos adelante con el Señor! Yo rezo por vosotras, y vosotras rezáis por mí. De ese modo, a pesar de la distancia física, quedamos profundamente unidos.

¡Gracias otra vez!

 

Orígenes de la Basílica-Monasterio de Santa Clara

El proyecto de levantar una iglesia en honor de Clara de Asís en este lugar apenas dos años después de su muerte, ocurrida el 11 de agosto de 1253, está relacionado con la decisión de sepultarla en la desaparecida iglesia de San Jorge, donde ya antes estuvo sepultado san Francisco dos años, desde su muerte (3 de octubre de 1226) hasta el traslado de su cuerpo a la nueva iglesia construida en su honor en la Colina del Infierno (1228). La sepultura en dicho lugar se debió, en ambos casos, a motivos de seguridad, pero las hermanas damianitas no se resignaban a vivir lejos de los restos mortales de su fundadora, de modo que enseguida comenzaron las negociaciones con el Cabildo de la Catedral de San Rufino para realizar una permuta de la iglesia y monasterio de san Damián por la de San Jorge, donde los canónigos tenían una parroquia y un hospital para pobres y enfermos.

El 19 de marzo de 1255 el papa Alejandro IV ratificaba la permuta concertada dos años antes entre las Damianitas o Clarisas y los Canónigos de San Rufino. Pocos meses después, el 15 de agosto, el mismo Pontífice canonizaba a Clara en Anagni. En 1257 parece ser que ya se excavaban los cimientos, y el 3 de octubre de 1260 los restos de la santa eran colocados debajo del altar de la nueva iglesia, la cual fue consagrada por Clemente IV el 6 de septiembre de 1265. 

Más información sobre la iglesia de Santa Clara aquí

 

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