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						En el mes marzo Yolanda Pulecio, madre Ingrid Bétancourt, 
						estuvo en Asís pidiendo a San Francisco la liberación de 
						su hija. Ingird Bétancourt, el 26 de enero de 2009, se 
						ha dirigido agradecida a la Tumba de San Francisco para 
						agradecer su liberación."En la jungla la naturaleza me era hostil, el hombre 
						me era hostil -ha declarado –ha 
						declarado lngrid Bétancourt en visita privada a los 
						frailes del Sacro Convento de Asís- sólo a 
						través del control del miedo y de la aceptación del 
						dolor inicié un proceso de humanización de mis 
						secuestradores. Ellos tenían severamente prohibido 
						dirigirse a mí, pero yo no dejé nunca de hablar con 
						ellos, porque mi vida consistía en ver en ellos personas 
						y no una organización de guerrilleros".
 "No pensaba constantemente en mi liberación, porque 
						llegué a pensar en la muerte como alternativa, una 
						liberación espiritual que mis familiares habrían 
						aceptado y comprendido".
 El padre Vincenzo Coli, custodio del Sacro Convento, ha 
						alabado el sentimiento de gratitud hacia Dios que 
						ilumina las palabras de Ingrid Bétancourt, uniendo su 
						actitud existencial a la de la “verdadera alegría” de 
						san Francisco, por eso le ha entregado la "Luz de San 
						Francisco", la lámpara que ilumina en la Basílica 
						Inferior de Asís.
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