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						Aprovechando la cierta tranquilidad que se vive durante 
						los meses de enero, febrero y marzo en la Basílica y en 
						toda la ciudad de Asís (son los meses en los que 
						desciende el número de peregrinos y visitantes), han 
						comenzado los trabajos de restauración de los frescos 
						del ábside de la Basílica inferior, que se encuentran 
						justo encima del coro de los frailes, donde cada mañana, 
						a las 6:25 h., los frailes del Sacro Convento 
						comienzan la jornada con el canto del Oficio y los 
						Laudes.  | 
				
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						Estos frescos, encargados por los frailes menores 
						conventuales del Sacro Convento al pintor 
						Cesare Sermei y de notable valor artístico, se 
						encuentran en un estado de deterioro progresivo a causa 
						de la humedad de esa zona de la Basílica. En general 
						suelen pasar desapercibidos, ya que se encuentran 
						rodeados por algunas de las obras de los mejores 
						artistas que trabajaron en la Basílica: justo delante se 
						encuentra “La alegoría de los votos” y “La 
						gloria de san Francisco”, de Giotto, así como 
						todo el ciclo de la Natividad, del mismo autor, 
						en el brazo derecho del crucero; en el brazo izquierdo, 
						por su parte, encontramos el ciclo de la Pascua del 
						Señor, obra de Pietro Lorenzetti. Cesare 
						Sermei comenzó la decoración del ábside en 1622, 
						representando la “Gloria de la
						Orden de los menores” y el “Juicio 
						Universal”. Para ello tuvo que destruir la 
						decoración precedente de principios del siglo XIV, 
						posiblemente obra inconclusa de Giotto, que representaba 
						una “Alegoría de los estigmas de san Francisco”, 
						es decir, de las marcas de la Pasión que el santo había 
						recibido como culmen de su camino de configuración total 
						con Jesucristo, pobre y entregado, en el monte Alverna 
						(Toscana), en 1224. Los trabajos de restauración se 
						prolongarán hasta bien entrado el mes de marzo, cuando 
						se podrá contemplar de nuevo la obra de Sermei en todo 
						su esplendor. |