El papa en Rivotorto

Benedicto XVI en Asís (17-06-2007)

   
   

 

Benedicto XVI visita Rivotorto, cuna de la Orden franciscana

A las 7,30 de la mañana del domingo 17 de junio despega del helipuerto del Vaticano el helicóptero que llevará a Benedicto XVI a Asís, para revivir, y hacer revivir una extraordinaria y concreta experiencia de santidad: la de Francisco de Asís, en el octavo centenario de su conversión. El Papa, y toda la Iglesia con él, que ve en Asís la ciudad de las Bienaventuranzas y del Amor, ha querido revivir el camino interior seguido por Francisco, porque relacionarse con él produce gozo, belleza, entusiasmo, esencialidad, amor.

Acompañaban al Pontífice en esta Visita Pastoral a Asís el arzobispo Leonardo Sandri, Sustituto de la Secretaría de Estado; el arzobispo James Michael Harvey, Prefecto de la Casa Pontificia; el arzobispo Giuseppe Bertello, Nuncio Apostólico en Italia; el arzobispo Piero Marini, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Santo Padre; mons. Paolo de Nicolò, Regente de la Prefectura de la Casa Pontificia; MOns. Georg Gänswein, secretario particular del Santo Padre; mons. Gulio Viviani, Maestro de ceremonias pontificio.

El helicóptero aterrizó a las 8,20 en el campo de deportes de la localidad de Rivotorto de Asís, donde el Papa fue recibido, con gratitud, por el arzobispo-obispo de Asís, mons. Domenico Sorrentino. También estaban allí para recibir a Benedicto XVI Romano Prodi, presidente del Gobierno italiano, con su esposa Flavia; Giuseppe Balboni Acqua, embajador de Italia ante la Santa Sede; María Rita Lorenzetti, Presidenta de la Región Umbra; Enrico Laudanna, Prefecto de Perusa; Claudio Ricci, alcalde de Asís; Giulio Cozzari, Presidente de la Provincia de Perusa.

Como regalo del Municipio y de la Diócesis de Asís, el Papa recibió un bajorrelieve en bronce con base de madera de olivo de los montes asisanos, realizado por Benvenuto Gattolin. Representa al joven Francisco en oración en la pequeña iglesia de San Damián, delante del Crucifijo.

Desde el campo de deportes, el Pontífice se dirigió en coche al cercano santuario de Rivotorto, entre los saludos de la multitud que lo saludada con pancartas y muestras de afecto. A la entrada del santuario fue recibido por fray Marco Tasca, recién elegido nuevo Ministro general de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales; por fray Bernardo Commodi, Ministro provincial; y por fray Egidio Canil, Guardián y Párroco del Santuario de Rivotorto.

A continuación ha realizado una visita privada, saludando a los cinco religiosos que forman la comunidad conventual de Rivotorto, y se ha arrodillado ante el Santísimo. Luego, tras regalar a la iglesia una casulla, ha bajado a visitar el Tugurio en compañía de fray Canil, que le estuvo ilustrando brevemente acerca de los ocho siglos de historia del humilde santuario.

A la salida de la iglesia Benedicto XVI saludó con ternura a los niños de la Primera Comunión que lo esperaban contentos a la puerta del santuario, con sus trajecitos blancos, para manifestarle su contagioso entusiasmo. Acaba la visita, el Papa continuó su recorrido hacia la siguiente etapa: el santuario de San Damián.

El nombre de Rivotorto deriva de un pequeño torrente que baja de las laderas del Subasio y recorre de forma tortuosa el territorio. Era una zona bastante familiar para el joven Francisco, pues cerca de allí había algunos terrenos de su familia, y fue aquí donde sucedieron numerosos episodios relacionados con la conversión de sus primeros compañeros y con los comienzos de la Orden franciscana.

"Hic primordia Fratrum Minorum" (Aquí fueron los comienzos de los Hermanos Menores), se lee encima de la entrada del Santuario, mientras que otra inscripción recuerda que este lugar ha dependido siempre de la Basílica Papal de San Francisco en Asís

El Santuario, en su configuración actual, tuvo su desarrollo, sobre todo, a partir de 1455, cuando fray Francisco Saccardo, religioso del Sacro Convento de Asís, obtuvo del Vicario del obispo de Asís la autorización para transformar el antiguo "tugurio abandonado", del que hablan las fuentes franciscanas, en una iglesia. En el siglo XVI empezaron los trabajos para una iglesia mucho más amplia, capaz de conservar en su interior la construcción primitiva.

A mediados del siglo XVII el pequeño convento contiguo fue ampliado en torno a un amplio claustro, pero un fuerte terremoto en el año 1854 arrasó la iglesia y destruyo buena parte del claustro y del convento. La iglesia actual, de estilo neogótico, se edificó en los años 1860-1880.

Únicas pinturas de valor conservadas en el Santuario son 12 óleos del pintor local Cesare Sermei, realizadas hacia el 1650, que representan los principales episodios acaecidos en Rivotorto durante la permanencia de la primitiva comunidad franciscana.

En 1926, con ocasión del VII centenario de la muerte del Santo, el Tugurio fue devuelto a la sencillez y pobreza original de lo que fue una simple cabaña con paredes de piedra sin labrar, dividida en tres espacios, tal como la representó el pintor Giotto en la Basílica superior de San Francisco, a finales del siglo XIII.

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